martes, 18 de febrero de 2014

MARIMBAS DEL INFIERNO


Julio Hernández 
Post #2
Marimbas del Infierno 





En el ultimo post, logré plantear una reseña honesta, sobre la ópera prima del cineasta guatemalteco; Julio Hernández.
Ahora tengo el agrado de presentar mis puntos de vista; sobre su segundo largometraje.


Marimbas del Infierno

I

Considero que el arte no debe tener etiquetas, sin embargo. Debo recurrir a ellas para definir de una manera más técnica esta historia.  Esta cinta a mi parecer podría encajar en el género, falso documental.  Donde la realidad y la ficción se mezclan de una manera especial.  Aquí de forma muy directa, Hernández quien en varias entrevistas ha dicho que su cine es personal e intimo (cine de autor). Nos cuenta en una primera secuencia a manera de introducción que al protagonista de Marimbas del Infierno, lo conoce tiempo atrás, durante la producción de Gasolina.

Dicho personaje es don Alfonso un marimbista, que por causa de la violencia en nuestro país, es extorsionado y tiene que dejar a su familia y establecerse en pequeños cuartos alquilados en la zona 1 de nuestra capital.

II

¿Cómo estas?
*Jalando la carreta.

(*Jalando la carreta; expresión comúnmente utilizada para designar la rutina de todos los días, principalmente la jornada de trabajo, para poder subsistir).

Al principio de la película vemos a don Alfonso, jalando la carreta o mejor dicho, jalando su marimba de un lugar a otro, haciendo una gran metáfora, del arduo labor de miles de guatemaltecos. Que día a día jalamos la carreta, para poder seguir adelante.

Hernández desciende al corazón de cada personaje, dejando  ver la realidad de cada uno;  de donde vienen y a donde intentan ir. Don Alfonso nos manifiesta sus miedos, su dolor, va de un lugar a otro con su marimba, no solo para poder presentarse en los pocos conciertos que tiene, sino porque se la quieren quitar, sus ex compañeros del conjunto musical y también los extorsionistas.

Como todo artista, y en Guatemala, existen muchísimos. Don Alfonso no solo intenta ganarse la vida, sino reinventarse como músico, por lo que busca al personaje de Chiquilin para que lo conecte con el músico de black metal,  el Blacko, para hacer un ensamble de marimbas con música metal.


 III

(¡WOW!)

Sin siquiera esperarlo, en esta cinta me encuentro con aquello que la película Gasolina dejo a la mitad, en mí. Eso que Gasolina no pudo concluir en mi sed de una historia fresca y renovada, lejos de todo aquello que se venia haciendo en materia cinematográfica en nuestro país.

Marimbas del Infierno, nos muestra la crudeza de un país, nos muestra a un grupo de locos queriendo hacer arte, cueste lo que cueste.

Nos muestra a Guatemala en los ojos del Blacko, queriendo desmoronar sistemas, reinventándonos a cada paso, aunque le digan que es un greñudo, drogadicto, que jamás debió tan siquiera intentar ponerse un traje de médico; pues esa es su profesión.

Nos muestra a Guatemala en los ojos de don Alfonso, queriendo de manera honesta ganar el pan de cada día.

Nos muestra a Guatemala en los ojos del Chiquilin, queriendo vernos astutos ante los ojos de alguien más, pero terminando peor que al inicio. (Como por ejemplo cuando cada cuatro años cambiamos de presidente).


Marimbas del infierno:   9 de 10.




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