jueves, 10 de marzo de 2016

Aquí me quedo










 Puntuación: 8.5 de 10

Es la primera vez que doy inicio a una publicación colocando de primero,  la calificación de la obra a reseñar.

¿La razón?

Básicamente, la cinta Aquí me quedo del director Rodolfo Espinoza ha estado en mi lista de pendientes desde 2011. Muchos motivos me llevaron a marginar esta producción, quizás el principal de estos fue el hecho que no tenia confianza en una producción cinematográfica basada en la comedia. Las películas que he evaluado para presentar en este blog siempre han manejado temáticas un tanto crudas.  

Recuerdo escuchar diversos comentarios por parte de amigos o personas de mi circulo social, mencionando que Puro Mula y Aquí me quedo eran cintas geniales y que era necesario verlas para estar enterado del movimiento cinematográfico nacional, comentarios muy certeros pero también alejados del conocimiento de la  producción constante que ha venido manifestándose en Guatemala desde 2004.  Ya que han existido una serie de películas muy interesante tanto en historia como en el cuidado de su producción, pero, cabe mencionar que  las que lograron llegar a las salas guatemaltecas no entraron  en la memoria colectiva del país.

Es necesario recalcar que en ningún momento estoy manejando la idea de que Aquí me quedo no tenga una historia interesante, ni un nivel de producción aceptable. Por el contrario, la historia, que si bien se desenvuelve con un sentido del humor negro, logra atraparnos con una misteriosa trama, con sus dos personajes principales  y un montaje muy bien llevado a la pantalla grande.

Espinoza el  director, escritor, editor, fotógrafo y músico de esta cinta plantea sin tantas pretensiones un viaje tanto visual como espiritual.  Visual ya que dicho productor hizo un esplendido trabajo llevando a todo su equipo a montar Aquí me quedo a la siempre fantástica  XELA,  generando así un descanso para los cansados ojos de los guatemaltecos que llevamos más de una década viendo las mismas localidades una y otra vez.   También me atrevo a decir que es un viaje espiritual, pues con todo y todo lo que una comedia guatemalteca representa, nos lleva a través de constantes flashbacks a ir conociendo a fondo a nuestros personajes y descubrir porqué, uno toma el rol de secuestrador y el otro de victima resignada. 

En cuanto a las actuaciones, puedo decir que están cargadas de genialidad, en este punto llego a constatar que lo que mis amigos decían era verdad.  Carlos Hernández un talentoso actor, músico y productor logra transmitir con elocuencia a un personaje multidimensional como (Paco) y Andrés Zea, a quien no conozco más allá de esta cinta, deja una gran impresión. .

 Como momentos memorables para esta cinta, destacan el monologo de Paco en el cementerio, visitando a su tío muerto desde hace quince años contando de manera irónica y retrospectiva/introspectiva todos los fracasos de su vida.

He decidido hacer un post para esta cinta, también como un pretexto para encaminarme a ver las otras dos cintas de este talentoso director, en orden de publicación, me toca ver POL y la estrenada recientemente OTROS 4 LITROS.

Puntuación:   8.5 de 10

(¿Puntuación otra vez?)  Si, ¡otra vez! Porque es una buena cinta, que vale la pena ver otra vez. 

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